Tú no querías una novia de verano
con la que hacer planes
que interrumpieran el resto de tus planes
Querías una novia de invierno
que ocupara los huecos y se alimentara de los restos
que te tuviera la cama caliente en las resacas
y que no diera problemas
mientras cargaba con tus demonios a la espalda
Una novia fácil, que se adaptara a tu vida sin novia
Por eso te fuiste cuando empezó el levante
sin pensar en todo lo que había al otro lado del mar,
en mi orilla,
sin pensar en el naufragio que yo dejaba atrás
Entonces decías que yo había sido muy valiente
Debí de agotar la valentía de las dos
porque te marchaste sin echar la vista atrás
en cuanto apareció el primer rayo de sol en el cielo
y la lluvia dentro de mí.
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