No eras como nadie.
No apareciste con ruido ni con promesas,
no hubo señales que anunciaran tu llegada.
Solo un instante suspendido en el aire,
un parpadeo donde el mundo pareció hacerse a un lado
para asegurarse de que nos viéramos.
Tus palabras sonaban como algo que ya conocía,
como una melodía que había olvidado,
pero que en algún rincón de mi interior
estaba esperando a ser recordada.
Tu voz la sentí hogar antes de saber tu historia.
Tus gestos tenían la magia de lo familiar,
como si en otra vida ya hubiéramos hablado de todo esto
y sólo nos quedara ponernos al día.
Nos miramos y el aire cambió de forma.
El tiempo pareció detenerse justo ahí,
en la línea invisible entre lo que éramos
y lo que podríamos ser.
Hasta había una facilidad extraña en el silencio,
una comodidad que no pedía pruebas ni explicaciones.
No te esperaba,
pero ya no me imagino la vida sin ti.
Aquí, en la piel de lo que no puedo explicar,
en la verdad de algo que no sé nombrar,
sé que el destino, por una vez,
ha hecho algo bien.
un parpadeo donde el mundo pareció hacerse a un lado
para asegurarse de que nos viéramos.
Tus palabras sonaban como algo que ya conocía,
como una melodía que había olvidado,
pero que en algún rincón de mi interior
estaba esperando a ser recordada.
Tu voz la sentí hogar antes de saber tu historia.
Tus gestos tenían la magia de lo familiar,
como si en otra vida ya hubiéramos hablado de todo esto
y sólo nos quedara ponernos al día.
Nos miramos y el aire cambió de forma.
El tiempo pareció detenerse justo ahí,
en la línea invisible entre lo que éramos
y lo que podríamos ser.
Hasta había una facilidad extraña en el silencio,
una comodidad que no pedía pruebas ni explicaciones.
Y al despedirnos pasó,
como si todo se alineara en una fracción de segundo.
Una fracción de segundo donde entendí
que hay conexiones que no puedes controlar,
que simplemente suceden.
No me buscabas,
pero me encontraste.
que hay conexiones que no puedes controlar,
que simplemente suceden.
No me buscabas,
pero me encontraste.
No te esperaba,
pero ya no me imagino la vida sin ti.
Aquí, en la piel de lo que no puedo explicar,
en la verdad de algo que no sé nombrar,
sé que el destino, por una vez,
ha hecho algo bien.
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