Probablemente tú no te acuerdes de mí.
Nos conocimos en Lavapiés
discutiendo sobre Camarón,
y entre chupito y chupito
profundizamos con Michael, Quique y John.
Tú me hablaste de Elvira Sastre
y yo pensé que eras un desastre.
Luego escribiste poesía en las ventanas de mi balcón
mientras fumabas sin manos
bailando desnuda por mi salón.
Yo te canté dos canciones
mientras tú me explicabas porqué no.
Entendí que aquello no era suficiente
para ganarme tu cielo.
Tendría que llegar a ser mucho mejor.
Te vi ardiendo.
Te vi viviendo.
Te vi yendo hacia la puerta
"Ha sido un placer", dijiste
"Dame tu número"
"No"
Sonrisa de medio lado, todo el pelo despeinado
y nunca más apareció.
Al final no me hice cantante,
pero ahora escribo libros
y los leo con Elvira Sastre
de garito en garito,
mientras pienso en Camarón.
Tú nunca te creíste musa
y yo nunca he sido escritor
pero aquella noche de versos,
tabaco y ron
nuestro camino marcó, you know.
Esta va por ti,
niña de mi balcón.
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