MUJERES


Esa que no dejó de ser mi amante
y a la que le debo siempre sepultura,
una a quien nunca quise lo bastante;
aquella, obra de sueño, conjetura...

Alguien me jugó a nada y tuvo suerte,
otra que no ha venido de la guerra,
ésta donde converso con mi muerte
porque me la disputa hasta la tierra.

¡Salid de la memoria evocadora
con vuestro amor, pues tengo frío ahora!
Sabed todas que os llevo de la mano.

Vuestras sombras estallan como un mito
de vez en cuando aquí. Sois lo bendito,

mujeres que me servisteis de verano.

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