COSQUILLAS

No eres tú lo que echo de menos.
Al menos no tú como un todo.

Me entristece la ausencia de los detalles,
esas pequeñas cosas que dan sentido a las grandes,
que me estremecen con escalofríos de felicidad.

La mirada cómplice en una situación concreta,
que me situaba en otro plano más real que el vivido.
Las cosquillas capaces de desfruncir mi ceño
ante mis ataques de estupidez,
y las que, perdidas por mi pelo,
conseguían sedarme más que el myolastan.
El capítulo nuevo de la serie con la que nos conocimos
y nos despedimos, que ahora vemos desde lejos.

Los [pi]domingos.

Verte llorar.

1 comentario:

  1. Ay de los detalles que distinguen un momento de otro...la rutina le pone un uniforme gris a la vida...
    Besos!

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