NIEBLA

Mujer de niebla,
que vas y vienes evanescente.
Eres más real, más tangible,
cuando te encuentro en mi mente.

Te me acercas
estremecida, pálida, fría,
como una hoja de noviembre.

Yo, mano apasionada,
rompo en mil pedazos
la cápsula de misterio que te envuelve.

Suspiras, gimes a mi lado
agresiva, caliente,
en mi pecho te enciendes.

Te compruebo
por encima de la espalda
humana, sucia de amor,
como la ceniza de la cama.

Luego te vas, te alejas,
como la de mi subconsciente.
Entre la niebla te esfumas,
desapareces.
Y yo me quedo en la sombra,
esperándote siempre.

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