REGRESO

Y tras soñar reiterativamente contigo supe
que sólo hay una forma de mojarse
y bucear entre la selva de tu espalda,
estudiarte, mirarte fascinada
mientras húmeda comprendo
que no estoy soñando,
que eres real durante un momento.


Locura transitoria al perderme en tu cuerpo,
color, movimiento.
Paz insostenible al mirarte a los ojos
intentando escucharte como te hablas,
te tocas, me rozas, lo bailas.
Entonces despierto.

Madrid, he vuelto.